0002) EN PIURA NOS TOPAMOS CON FLOR Y GRACE
Nos encontrábamos sentados Carmen y
mi persona, sobre una banqueta —y con nuestro equipaje a nuestro lado—, en la
plaza central de la ciudad de Piura, con las farolas prendidas opacando la
oscuridad de la noche…, nuestros oídos disfrutaban de las entonaciones de
músicas, brindadas por un mochilero cercano y sentado en una banqueta diagonal
a nosotros, a la par estábamos rodeados de árboles que desprendían sus hojas y
estas se deslizaban por el suelo creando un sonido que se entremezclaba entre
conversaciones de los transeúntes cercanos, música, risas, sonidos de los
vehículos…; respirando a manera de ‘catación’
los olores variados que llegaban a nosotros, por el tránsito de vendedores
ambulantes que merodeaban y orbitaban la plaza; sintiendo a la vez, el viento
que impactaba en nuestra piel…, de repente pasaron frente a nosotros dos chicas
que intercambiamos miradas. Por alguna extraña razón hubo un impulso en mí, que
me motivó levantarme de mi asiento, dirigirme hacia ellas y preguntarle alguna
información que estábamos requiriendo para dirigirnos hacia un nuevo destino, y
una de aquella información, era sobre cuánto nos podría cobrar un taxi desde la
plaza que nos encontrábamos hasta la terminal que buscábamos, y hacia qué
dirección estaba. Ellas muy cordiales nos brindaron más de la información
solicitada, y nos propusieron que nos ayudarían a tomar un taxi… de repente
plantaron a un taxi y cuando creíamos que nos íbamos a despedir de ellas, le
preguntamos al taxista si tenía cambio para un billete de cien soles —el último
billete que nos quedaba en nuestros bolsillos—, y éste nos dijo que no. Se
manifestó un silencio entre nosotros, y de repente escuchamos a una de ellas con
su voz tierna y gestos delicados, decir:
—
¡No
se preocupen, yo les pago el taxi!
Intercambiamos miradas con Carmen
de lo sorprendido qué estábamos por la generosidad y amabilidad de aquella
joven y de su amiga quién le acompañaba. Qué solo expresamos casi al unísono:
—
¡Wau!
¡Qué hermoso nos ha tratado tu País y su gente!
Así fue qué, como modo de agradecimiento
extensivo, decidimos pedirles sus números, en medio del apuro que nos inyectaba
el conductor del taxi porque no estaba bien estacionado, Carmen tomó el número de
la chica de voz tierna y gestos delicados quien se llama FLOR, y mi persona
tomó el número de su amiga quien se llama GRACE.
Montados ya en el taxi en
movimiento, y mirándolas a FLOR Y GRACE, hasta que la distancia y el avanzar
por las calles nos las hizo perder de vista, seguíamos emocionados con Carmen
por la belleza de actitud que habían tenido estas hermosas personas.
Desde aquel día, no hemos perdido
contacto con ellas, y hemos estado conociéndonos mejor… pero eso… eso forma de
otra historia que el tiempo la realizará…
¡GRACIAS FLOR Y GRACE… HASTA
PRONTO!

Oh my God 😮 😮 😮 😮 no lo puedo creer. Tu sabes que lo hicimos con gran cotazon ♥ te queremos. Los queremos
ResponderBorrarGracias infinita Flor y Grace!!! También me ha nacido quererte mucho!!!
Borrar